lunes, 28 de marzo de 2022

Cara de general

Mi vida personal, me tiene agotada con los valles de dolor que sufro, por la mala operación de cataratas de mi padre, gracias a unos pésimos cirujanos,  pero de vez en cuando, me cuelo entre los titulares de los periódicos, y me acerco a la crueldad de una guerra, que es una invasión, y descubro los rostros de  quienes la planifican, desde el silencio de sus despachos; entre ellos, se encuentra un general, de cuyo nombre no quiero acordarme, que asedia la ciudad de Mariupol; que se ha convertido en un collage de destrucción, con miles de personas que pululan en medio de los bombardeos incesantes; puesto que Mariupol, leo, es necesaria para unir a Rusia con Crimea. Objetivo que merece el asedio de una ciudad sin cesar.  El general, vestido con un uniforme verde oscuro y cargado de medallas, por sus múltiples méritos como vengador; es portador de pelo blanco, y ojos azules; que observan, a los muertos, sin detenerse, puesto que en su mapa de violencia, ha de seguir hacia delante para llegar a la victoria final, que encierra la destrucción total de una ciudad, que ha perdido la primavera para ser entregada al llanto, al silencio, al miedo, que se esconde en cada esquina, en cada calle, en cada avenida, gracias al pensamiento de un general cuya cara de importancia, ha de ser juzgada por las víctimas, quienes nunca fueron preguntadas si querían morir al otro lado de la paz.

Ana Tapias( todos los derechos reservados)©

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