Alguien ha
arrojado este vaso en un seto, aún cargado con cerveza. Imagino que su estómago,
ahíto de momentos estaría a punto de vomitar alguno de ellos y para evitarlo,
ha tirado el vaso por miedo a perder la memoria de lo vivido, en un lugar
cualquiera donde la nadie la buscará y permanecerá exhausta de olvido; cuajada
de huellas oculares de miradores de lo ajeno, que evacuaran sus sospechas sobre
la memoria borracha del tiempo, que siempre es derrotada, por quienes deciden
que es más importante olvidar que soñar
domingo, 6 de marzo de 2022
Restos de vida
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