miércoles, 31 de agosto de 2022

Carrro y calles sin destino


 

 

 



 Dentro de mi rutina he de ir a la compra, acompañada, por el carro familiar; que es un canto a la Feria de Sevilla, con lunares azules y blancos; que surcan las calles de Segovia, cargadas de baches, donde me hundo y he de sacar todas mis fuerzas para continuar. He de seguir, firme, recta, horizontal, junto a mis lágrimas que afloran en mi paciencia, de una ciudad, tomada por el deterioro, el descuido, el abandono, de quienes han de protegerla del presente, para avanzar hacia el futuro, que se desdibuja en cada grieta, que provoca en los ciudadanos hastío de la geografía de nuestra infancia. Y mientras tanto, ellos, los que mandan, nos invitan a sonreír con sus posados para la posteridad, que bombardean nuestra inteligencia, puesto que la ciudad, no resistirá más asedios de la ineficacia, de quienes no aman a Segovia, cuya belleza, será destruida, sin remedio; y los nostálgicos recordarán la belleza de una ciudad hecha de historia,  hecha de sueños, hecha de memoria
Ana Tapias( todos los derechos reservados)©

jueves, 18 de agosto de 2022

¿Dónde quedaron los sueños de libertad?

La libertad, para muchos seres humanos, es una aventura mientras sueñan, puesto que, su día a día, es una pesadilla, asociada a la incertidumbre. Me adentro, en periódicos del verano pasado, donde me encuentro con la toma de Kabul, por los talibanes; a pesar, de lo visto este año, con la guerra en Ucrania, me sigue pareciendo sobrecogedora este asalto al poder.  El 15 de agosto, se produjo el derribo de la República islámica de Afganistán, por las fuerzas talibanes, ante la retirada, de las fuerzas de la OTAN, del país; abandonando a su suerte a la población afgana. Un año después, a duras penas, soy capaz de observar las imágenes de la huida; miles de afganos se agolpaban en los aeropuertos, para ser rescatados de un mundo, donde se tortura la libertad; donde agoniza el pensamiento; donde mueren los derechos humanos. Los señores de la guerra cargados con fusiles, han impuesto su ley a la población; que yace, escondida detrás de las paredes de sus hogares; que yace, oculta en sus trajes sin formas; que yace, enterrada, dentro de palabras, que son arquitecturas del dolor para el conjunto de los afganos, pero sobre todo, para las afganas; quienes, caminan por las calles, aterradas bajo su traje, que las convierte en espejos rotos. En Afganistán, es un delito el cuerpo de la mujer, que no tiene rostro, que carece de brazos, de piernas; que corta cabellos; que viola sonrisas, cada segundo, por ser nocivas para una moral, cuyo eco es la opresión. Nuestra memoria, anclada, en nuestra propia lucha por la supervivencia, ha desterrado el sufrimiento de un pueblo, invisible en nuestra geografía del destino.

 


Ana Tapias( todos los derechos reservados)©

miércoles, 10 de agosto de 2022

Soledad del globo


 Unos niños, juegan en el parque, en un día de calor intenso, a tirarse globos; que han llenado de agua, y han inflado ellos mismos. Hay tantos globos, que llegan las listas de espera, para ser arrojados al suelo o a un cuerpo aún, sin cargas de dolor, que lo agradecerá, sin temor, a coger un catarro, para luego pensar que es covid, e ir a la farmacia a comprar un test de antígenos ¿Qué pensará el globo aislado en el banco? Nadie lo mira, solo su sombra lo arropa, lo hace creer que será inmortal, pero la verdad, sobrevuela sobre la realidad, su existencia se evaporará antes de haber tenido tiempo para soñar.

Ana Tapias( Todos los derechos reservados))©

La muerte de Sandy

 

Olivia Newton Jonn, dejó la realidad, el 8 de agosto de 2022. El mundo, lloró su adiós, que era como si nuestra adolescencia volará hacia el olvido; como si muriéramos junto a ella; como si la belleza durmiera en el destino; donde permanecerá quieta, anclada, sujeta, a la eternidad; que nos espera en cualquier avenida del sufrimiento; del que nos evadimos acudiendo al cine, que nos invita a soñar con la felicidad, de Sandy enamorada de Dany Zuko, quienes bailarán y cantarán desde nuestra nostalgia, hasta caer heridos por en el mañana, donde ciegos nunca miraremos quienes fuimos.

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martes, 9 de agosto de 2022

Despedida de la duda


 El atardecer, es imposible de adivinar dentro del día; donde vivimos pegados al despertador, que nos imprime, tácitamente, la prisa en nuestro organismo; que camina torturado por minutos, que devoran nuestra existencia, para olvidar el sufrimiento de someternos al destino; que se balancea en el atardecer, al lado de la duda, de no saber si sobreviviremos a la noche; donde nuestros ojos acariciaran otra realidad, no bautizada por la costumbre; abocada al adiós; sometida al naufragio de la despedida; que nunca diremos a nuestros seres queridos, quienes lloraran cada amanecer nuestra ausencia que los abrazara en su memoria.

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sábado, 6 de agosto de 2022

Mis vacaciones


 

No me suelo quitar la mascarilla, desde mi primer Covid en marzo de 2020;  a escasos días de irme de vacaciones, con una de mis hermanas, sus hijos y su marido, me empecé a encontrar mal. No le di importancia, al dolor muscular, ni a la tos, pues tengo Covid persistente; pero la sospecha se cernía sobre mi pensamiento, que se negaba una y otra vez a hacer un test de antígenos; pero me quedé afónica y me sobresaltaba un dolor de garganta. Me hice el test, di positivo el 8 de julio, llevaba con síntomas desde el 6. Mi maleta, se quedó a medio hacer, puesto que nos íbamos el día 9, pero no me encontraba nada bien y no quería contagiar a mi hermana y su familia; así que, me confiné para no contagiar a mis padres, y estuve diez días sola; apenas salí de casa y si lo hacía iba al parque, a primera hora de la mañana, con mascarilla, caminaba un poco y me cansaba. Mi segundo Covid, era mejor que el primero, pero seguía siendo Covid. Volví a casa, con mascarilla y mucho cuidado, recuperándome poco a poco, del cansancio que deja este virus de origen desconocido. Animada por mi otra hermana, me fui de vacaciones con ella y su familia. Arropados por una casa con vistas al mar. En un lugar de la costa de Orihuela, puede caminar acompañada por el ruido de las olas, que no dejan de insistir en su presencia; jugar a golpear un raqueta, para acertar, a dar a una pelota pequeña que flota sobre el mar; y disfrutad de mis sobrinos, mirarlos, escucharlos, acompañarlos; tras dos años de pandemia, de restricciones, de confinamientos. Mi sobrina, me hizo un dibujo, que siempre recordaré como lo mejor de los días de paz, de mi ciudad; cuajada de baches, cargada de suciedad, inmersa en su abandono que a nadie parece importarle. La vida es tan simple como su dibujo. Somos un cuerpo fijado en el tiempo, que se alejará de la realidad, gracias a la enfermedad que nos postrará en el olvido, desde donde nos rescatará el amor de quienes nos amaron, que nos pintarán de colores en su corazón.

A mis sobrinos A. FG. T e I.FG.T, con mucho amor de su tía

Ana Tapias (todos los derechos reservados)©