miércoles, 31 de agosto de 2022

Carrro y calles sin destino


 

 

 



 Dentro de mi rutina he de ir a la compra, acompañada, por el carro familiar; que es un canto a la Feria de Sevilla, con lunares azules y blancos; que surcan las calles de Segovia, cargadas de baches, donde me hundo y he de sacar todas mis fuerzas para continuar. He de seguir, firme, recta, horizontal, junto a mis lágrimas que afloran en mi paciencia, de una ciudad, tomada por el deterioro, el descuido, el abandono, de quienes han de protegerla del presente, para avanzar hacia el futuro, que se desdibuja en cada grieta, que provoca en los ciudadanos hastío de la geografía de nuestra infancia. Y mientras tanto, ellos, los que mandan, nos invitan a sonreír con sus posados para la posteridad, que bombardean nuestra inteligencia, puesto que la ciudad, no resistirá más asedios de la ineficacia, de quienes no aman a Segovia, cuya belleza, será destruida, sin remedio; y los nostálgicos recordarán la belleza de una ciudad hecha de historia,  hecha de sueños, hecha de memoria
Ana Tapias( todos los derechos reservados)©

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