En los mercados, el dinero, se desdibuja entre estanterías, por la subida de los precios, que nadie controla, dejando al ciudadano al borde del suicidio de su economía doméstica; que ha de retornar a sumar con los dedos, olvidando la rapidez de la calculadora, para poder conquistar la cima que supone llegar a fin de mes; donde la deuda, es una pesada mochila que cae sobre sus bolsillos rotos, depauperados, escasos de sonrisas; que vagan llorosos entre escaparates, que congelan utopías costumbristas de antaño; donde el pan, donde el pescado, donde la carne, permitían tener digestiones amplias, generosas, abundantes; no restringidas a al sueño de llenar el plato con el hambre de la esperanza, de volver a aquellos tiempos, donde la vida no se sometía al destino de quienes nos gobiernan
Ana Tapias( todos los derechos reservados)©
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