Muchas veces, los pequeños momentos, son nuestra fuerza ante el
sufrimiento, que nos aborda desde que nacemos, que nos persigue, que nos bautiza,
que nos intimida, por el que nos dejamos vencer, cada atardecer, cuando el
cansancio son lágrimas, las lágrimas son olvido; que resiste sin aspavientos,
ante la fuerza destino que suspira a lo imposible
Ana Tapias, todos los derechos reservados©
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