Acumulo fotografías de personas desconocidas, que en los años
cuarenta, o en los años cincuenta, fueron niños a salvo de la muerte. Hoy
estarán enterrados bajo el recuerdo. Mi tía María, imagino que recibiría estas
fotografías, que, con el paso de los años sobre ellas, se han convertido en
puzles de la inmortalidad, que vagan en mi anhelo de reconstruir el pasado; que
sueñan en mi fantasía del presente; que vuelan en mi memoria del mañana, donde
seré una fotografía en manos de alguien, que se preguntará si fui feliz, o si
lloré; respuestas que solo el silencio responderá.
© Todos los derechos reservados
Ana Tapias.
No hay comentarios:
Publicar un comentario