Cada día, nos levantamos expuestos a las mismas rutinas,
subrayadas en nuestra memoria libre; en nuestra memoria sin exilio; en nuestra
memoria sin atajos, por eso, hemos de desayunar olvidos; para seguir caminando;
para seguir cantando; para seguir descifrando el abecedario de nuestros sueños,
que lloran bajo la dictadura del hoy.
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Ana Tapias.
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