Una invisible e inaccesible
mariposa, se posa sobre la nada, que descifra su voluntad de ser libre; no
anhela el aplauso, tan solo soñar sin miedo, acariciando la mañana, abrazando
el atardecer, susurrando al anochecer; donde sus alas, inundadas de
abecedarios, atraparán mundos que dibujen sentimientos; donde sus alas, encausadas
de imágenes, escrutarán almas que
ensamblen corazones: donde sus alas,
envueltas en palabras, escribirán sombras que silencien lágrimas, que vagarán
hacia el silencio, donde una diminuta e invisible mariposa será atrapada por el
olvido.
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Ana Tapias.
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