viernes, 30 de abril de 2021

Inmersión en la nostalgia


La lluvia es memoria en blanco y negro, que cambia de color en los pétalos de las amapolas, que somos nosotros, que lloramos, con distancia, de la felicidad; que susurramos, en voz baja, por miedo a ser escuchados; que dibujamos sueños en tersuras de desencuentros; que buscamos dentro de la despedida el consuelo a la libertad; que leemos en abecedarios analfabetos de nuestros sentimientos; que caminamos agotados por las quejas de la rutina; que silenciamos el odio para besar el perdón; que podemos ser estrellas pero nos conformamos con ser obscuridad, por eso, busco dentro de las gotas de lluvia la nostalgia, para poder abrazarme a algo y no sentirme sola.

Ana Tapias( todos los derechos reservados=©

jueves, 29 de abril de 2021

Charcos





Dentro de cada charco, se produce una combinación entre la realidad y el deseo; entre la fantasía y la monotonía; entre el olvido y la memoria, que forman parte de nuestros esqueletos, que acarician,  que navegan,  que investigan,  en la soledad de la imagen copia de un sueño, que se evaporará para ser nada;  destruyendo las vidas que encajaban dentro de sus contornos, que se erosionaran en las miradas de quienes los recuerden.

Ana Tapias( todos los derechos reservados)©

A mis cinco sobrinos con todo mi amor de charco


martes, 27 de abril de 2021

Perderse

Cuando hasta el aliento me falla y he perdido la última esperanza, que atesoraba en mi memoria, me perdería dentro de este jardín de mi infancia y la de mis sobrinos. Sobornaría al paso del tiempo para volver a ser niña; para volar hacía la fantasía; para creer en  el mundo de los adultos;  para dejar a un lado la tristeza, la muerte, el sufrimiento;  para ser libre y soñar. 

 

Ana Tapias( todos los derechos reservados)©

 

domingo, 25 de abril de 2021

Soledad de los intantes


 Instantes enmarcados dentro de mi mirada, se cuelan en mi memoria que dibuja huellas, soledades, exilios, nostalgias, en mi ciudad, a la que vivo atada por el sentimiento, del que no me puedo desprender como si fuera pétalos de amapola, arrastrados por el olvido. Sé que algún día me iré para no volver, y mis ojos llorarán recuerdos, que desfilarán insomnes por mi mortaja de sueños. Sé que algún día, seré ayer.

Ana Tapias/ todos los derechos reservados)©

jueves, 22 de abril de 2021

Jardines


 El jardín de la fotografía, está escondido en el casco histórico de Segovia, es para mí un paraíso, donde he disfrutado de la soledad; donde he aprendido de los juegos de mis sobrinos; donde he observados del paisaje; donde he sacudido mis lágrimas; donde he charlado con padres, con madres, con turistas; donde respirado a través de mis pensamientos; donde he bailado con el silencio; donde ha soñado con una vida.  Los jardines se convierten en oasis, a los que recurrir para evadirnos de rutinas agotadoras, que nos dejan al límite del caos, donde en cualquier momento, podemos caer sino somos capaces de asumir la velocidad del tiempo, que quema nuestras neuronas hasta despojarlas de recuerdos.

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martes, 20 de abril de 2021

Interior de los sueños

Nadie nos ha enseñado a soñar, ni de color son los sueños, ni cómo se crean, ni donde van a cuando mueren.  Los sueños duermen con los ojos abiertos, sintiendo que la vida no es suya, que es de quienes los imaginan dentro de su corazón; desde donde luchan por abrirse camino en una realidad negra, cargada de humos, de lentitud del reciclaje, de sonrisas sin futuro, de lágrimas con miedo, de caricias sin definir. Los sueños se quedan dentro de sus límites. abatidos entre el dolor, que los convierte en una negación de la esperanza, que para resucitar recurre a antidepresivos; que la ahogan dentro de las pesadillas ,con quienes dialogan dentro de sus rutinas, dejando a un lado el despertador, y dejándose llevar hacia la incertidumbre.

 Ana Tapias( todos los derechos reservados)©

 


lunes, 19 de abril de 2021

Naufragar en el tiempo


 


Una zapatilla perdida en medio de la nada, de donde es imposible regresar, pese a intentar dar cuerda al reloj de la memoria, que siempre llora dentro de nuestras ausencias, que se repiten en la mañana, que son eco en el atardecer, que duermen en el anochcer, que sueñan en el sentimiento, que se despiertan sin recordar, que el pasado fue tal vez mejor que el presente, que nunca es lo que queremos, pues siempre nos ahogamos dentro de la memoria, que dibuja silencios de aquellos que nunca seremos, que nunca volverán, que nunca pero que nos persiguen desde el más allá hasta donde es imposible viajar con la mirada, por eso, hemos de perder el sentido, quedarnos descalzos y acariciar el olvido

Ana Tapias( todos los derechos reservados(©

viernes, 16 de abril de 2021

Otras realidades

Vivimos envueltos, absorbidos, vapuleados, en nuestros pensamientos atormentados por la supervivencia, que nos conduce a no mirar las otras realidades que nos rodean y de las cuales respiramos sensaciones que se cuelan dentro de nuestros sueños, que a duras penas salen adelante dentro de nuestros cuerpos,  que se vuelven sombras inundadas de miedos;  acomplejadas por las distancias; inmersos en las dificultades, que nos impiden abrazar destinos diferentes,  en medio de nuestra soledad, que nos dicta ser uno más, pero a veces es necesario, cerrar los ojos y volar. 

 
Ana Tapias( todos los derechos reservados)©

domingo, 11 de abril de 2021

Restrospección hacia la infancia


 

Mi infancia, creo que la tuve, se sujeta entre viejos recuerdos que quedan fulminados por una realidad que no me acoge, que me persigue, que me invita a ser otra, que no se parece nada a la niña que fui, o tal vez, si sea ella con algunas canas y kilos, que antes no adornaban mi esqueleto, que se busca dentro del espejo, de los años, para conocerse. A veces, cuando me pierdo entre el dolor, entre la injustica, entre el sufrimiento, causado por la erosión de la madurez; encuentro  objetos, que me dejan en el ayer; donde mi abuela, Encarnita, nos tejía vestidos para las muñecas, que llegaban dentro de un paquete, hasta donde vivíamos; o las chanclas de rio, de mar, que aún entran dentro de mis pies, que impedían que me clavara piedras, cuando me hacía la valiente y me metía en aquellas aguas con pececillos, que ronroneaban mis pies. Aquellas piedras, hoy vencidas por la austeridad del tiempo, nunca me cortaron, pero ahora se clavan dentro de mi, pues nunca volveré a ser esa niña que soñaba.

A mis cinco sobrinos: Santiago, Alonso, Guillermo, Mariana e Inés,

Que espero que me recuerden con tanto amor, como los tengo. Os quiero.

Ana Tapias( todos los derechos reservados©(

jueves, 8 de abril de 2021

La pereza del dolor


 El dolor es una cuchara invisible que lentamente, va devorando nuestra esperanza, nuestros sueños, nuestros besos, que caen dentro de las sombras de un mañana, que como si fuera una novia despistada pierde el rumbo de los minutos, intentando recuperar las sonrisas, que nunca jamás volveran a ser la de antes, puesto que han muerto dentro de la digestión de un ramo de flores, que agonizan ante un altar de ausencias
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Ana Tapias/ todos lso derechos reservados)©

miércoles, 7 de abril de 2021

La memoria


 Rostros sin sentido adornan los álbumes de mis antepasados, que llegan hasta mi sin precaución, alocadamente, inconscientemente, evocando un destino, que nunca conoceré, que nunca adivinare, que nunca pertrechare, por miedo a ser demasiado benevolente con sus alegrías, con sus tristezas, con sus lágrimas. Nunca sabré quienes son, ni como han vivido, ni donde murieron; pero me queda, la soledad de su recuerdo, que pasados tantos años desde esta fotografía se ha convertido en memoria de un pasado, que permanece invisible pegado a un paisaje erosionado por las almas; que vagan de un lado a hacia otro sin preguntar el sentido del deseo
Ana Tapias( todos los derechos reservados)©

domingo, 4 de abril de 2021

Ver llover



 Llevamos un año, donde un virus nos ha convertido en pequeñas marionetas; un virus que dirige nuestros movimientos de un lado para otro; un virus que malversa nuestras caricias. Nos apartamos con decisión, con argumentos, con miedo, de personas de las que pensamos que pueden ser nuestros asesinos, en medio, de un destino de plañideras; hasta donde llegó la lluvia y nos agrupamos en un soportal, encerrados dentro de nuestras mascarillas, ajustadas a nuestras orejas, narices, bocas;  incapaces de pronunciar palabras,  por temor a quedar colgadas de una sabana de hospital, sin reciclar del dolor; pero la lluvia, nos trasladó hacia la libertad del pasado, donde ver llover no era un acontecimiento, era algo rutinario, incluido en una nuestra lista de adversidades de zapatos encharcados y ropa mojada,  y ahora, es una necesidad, un suspiro de esperanza de una realidad, que silenciosamente retorna al ayer.

Ana Tapias( todos los derechos reservados)©