Rostros sin sentido adornan los álbumes de mis antepasados, que
llegan hasta mi sin precaución, alocadamente, inconscientemente, evocando un
destino, que nunca conoceré, que nunca adivinare, que nunca pertrechare, por
miedo a ser demasiado benevolente con sus alegrías, con sus tristezas, con sus lágrimas.
Nunca sabré quienes son, ni como han vivido, ni donde murieron; pero me queda,
la soledad de su recuerdo, que pasados tantos años desde esta fotografía se ha
convertido en memoria de un pasado, que permanece invisible pegado a un paisaje
erosionado por las almas; que vagan de un lado a hacia otro sin preguntar el
sentido del deseo
Ana Tapias( todos los derechos reservados)©
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