Un reloj, que cuenta con más de cien años de
existencia, donde sus manecillas yacen
olvidadas, expurgadas, vencidas por el olvido, que es devorado dentro de los
espejos por una cuchara, a quien nunca enseñaron la importancia, el relieve, el
valor de estar vivo, pues ella o él, nunca sabré si las cucharas son cucharos,
son analfabetas del paso de los segundos, de los minutos, de las horas, de los
días, de los meses, de los años; que
forman las emociones de los seres que caminamos ajustados a las rutinas de una
sociedad que nunca se revela contra el paso del tiempo, por eso, es devorada
por la memoria, que desdibuja sus contornos hasta convertirlos en espejos de la
nada
Ana Tapias( todos los derechos reservados)©
No hay comentarios:
Publicar un comentario