Ya no sé en lo que creo, en lo que no creo, tal vez, porque no me adivino en la niebla y camino perdiendo el equilibro entre ser y no ser atea; ser y no ser agnostica. Dudas que en mi calendario agonizan en los días, donde las imágenes de cristos crucificados, de cristos yacentes, de virgenes llorosas, recorren las calles, para tomar posesion de mi pensamienteno, que dentro de un fuego paralelo, vuelve a la niña que sufria acoso escolar, en un colegio de religiosas, que se refugiaban en la capilla en busca de soledad, a la que siempre vuelvo cuando el sufrimiento me fulmina, dentro de un horizonte de lágrimas calladas, escondidas, ahogadas en las tallas de madera, en las que me convierto cada vez, que la vida se hace un via crucis difícil de recorrer
Ana Tapias( todos los derechos reservados)©
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