En esta
fotografía, se adivina el paso del tiempo, de una ciudad, como la mía,
entregada la historia y a su recuerdo; que es fotografiada, para ser inmortalizada, por seres, que se van de ella, sin dejar rastro; pero dentro de Segovia, hay
otra Segovia, que es la Segovia, para perderse en sus calles, estropeadas, rotas, deshilachadas, que nadie arregla. Dentro de cada bache, se
esconde una ilusión, una fantasía, un sueño, de la niña que fui; que llora, al sentir,
que el mañana no será de ella; será de personas, que desdibujarán la belleza,
que encierra el sentimiento de pertenecer a unas piedras, que vigilan, que
susurran, que invitan a ser ayer.
Ana Tapias( todos los derechos reservados)©
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