El
momento, no respira, no siente, no acude a la vida, se ha entregado a la
muerte, al olvido, al ayer; de donde nunca regresará o tal vez, su eco melancólico,
suene en el silencio, que lo atrapará, que lo susurrará, que lo abrazará en lo
inmediato, para ser, para volar, para soñar, sin miedo.
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