Dos
palomas se besan, mientras el tiempo pasa, sucede, avanza, sin pedir permiso a
nuestra memoria; que se desvanece en el horizonte, acariciada por las ramas,
sin alma, de un árbol, viejo, sin destino, encajado en un valle, de donde
nunca podrá escapar sin ser visto, sin ser capturado, sin ser atrapado por el
murmullo del adiós; que las palomas presienten en sus arrumacos, pero siempre hay un rayo de
inmortalidad en el momento, que sobrevive al olvido.
miércoles, 22 de febrero de 2023
Arrumacos del tiempo
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