Una nota de nostalgia, vence a mi recuerdo. Cuarenta años después de llamar al timbre de tu casa, para ir juntas al colegio; para no estar solas: para bautizar nuestras palabras, que quedaban suspendidas en el aire, al entrar por aquella puerta marrón; que era un muro infranqueable para nuestros juegos. Nos encontramos, en medio de nuestras vidas, y seguimos charlando como si tuviéramos ocho años; ajenas a las cicatrices del destino; que se ahogan en nuestros abrazos, que viajarán en la maleta de nuestras existencias, hasta la eternidad; donde dos niñas, con uniforme, contarán en sus abecedarios el descubrimiento de sus sueños
Con cariño a Eva Sánchez, siempre en mi corazón
Ana Tapias (todos los derechos reservados (©
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