De vez en cuando, visito el cementerio, para saludar a mis familiares, que yacen escondidos; que sueñan camuflados; que juegan con el silencio, al lado de seres anónimos, que los acompañan mudos de sentimientos; uno de ellos, es Don Serapio de Pedro y Musitu; quien falleció a los 22 años de edad, el 19 de enero de 1886, con el cargo de teniente de la Academia de Artillería. Me llamó la atención su nicho, desdibujado por el paso del tiempo; ajusticiado por la soledad; vencido por la corta de edad de su muerte; que sucedió hace casi 138 años; dejando el dolor como huella de su recuerdo; que hoy retomo, para abrazar a ese joven, quien apenas, sonrió a la luz de luna a mujer, con la que bailaría hasta la madrugada; donde una mano desnuda, le invitó a ser parte del ayer, donde descansa en el horizonte de los héroes sin destino.
lunes, 30 de septiembre de 2024
viernes, 27 de septiembre de 2024
En cualquier lugar
En
cualquier lugar, hay una niña como la de
la fotografía; aislada en su pensamiento; que lucha por crecer en medio de la
monotonía, impuesta por otros; que
añaden realidad a su fantasía; que permanecen anclada al silencio; donde oye
voces, que le invitan a ser libre; que le sugieren correr; que le imploran
volar hacía la felicidad; que se esconde en sus pequeñas manos; que algún día, conspiraran con las estrellas para regalar luz
con su mirada, a otros seres que pululen sin rumbo, en torno a su destino.
© Todos los derechos reservados) Ana Tapias
Sombras del otoño
El otoño dibuja sombras acatarradas, por el frio incipiente; que se mece en la nostalgia de las hojas, bamboleadas por el destino; que nunca acierta con las esperanzas; que nunca piensa en el deseo; que nunca esculpe sueños; que siempre invita a las lágrimas del ayer; donde los abrazos parecían fáciles; donde las sonrisas eran un regalo; donde las aventuras no eran viajes hacia la incertidumbre; que se asoma, cada día, al espejo, que ha romperse para sobrevivir.
A la memoria de mis cuatro abuelos. Os quiero.
© Todos los derechos reservados) Ana Tapias
domingo, 22 de septiembre de 2024
Miradas de otros
Esta
fotografía, pertenece al legado que nos ha dejado mi tío-abuelo, Esteban, que posa al lado de su sobrina, junto a ella,
la tía Lucía; los tres, se unen por sus brazos; no sonríen( mi tío, fue
uno de los miles perdedores de la guerra, que sufrió represalias por la
dictadura) su mujer, tuvo que trabajar
por los dos; pero en esta celebración
familiar, imagino que pudo olvidar, el sufrimiento de soportar cada día, la
condena por ser un traidor a España; a la izquierda de mi tío, justo a la
altura de uno de sus hombros; se encuentran dos chicas jóvenes( anónimas para
mi) que miran a la cámara como si fueran protagonistas del drama de la
supervivencia, en esos años en blanco y negro para los españoles; donde las
palabras eran encarcelada; donde los sueños eran prohibidos; donde las ideas se
exiliaron; donde la necesidad de ser libre, volaba en las fiestas en negro; todo
era negro en aquella época hasta la esperanza.
© Todos los derechos reservados) Ana Tapias
A
la memoria de mi tío Esteban y de mi tía Lucía.
jueves, 19 de septiembre de 2024
Restos de la vida
En una calle, donde silencian sus pasos,
personas abrigadas por sus preocupaciones; alguien ha tirado una sartén; que sostuvo
restos de vidas; que se dejan querer por el olvido de la monotonía; que se
agota en el sufrimiento; que se inmola en la supervivencia; que nos acompaña, segundo
a segundo, para arrojar nuestro hoy al mañana; donde seremos memoria en un
calendario desdibujado por el olvido.
© Todos los derechos reservados) Ana Tapias
jueves, 12 de septiembre de 2024
Movimiento
Ausentes en nuestros
pensamientos, repletos de incertidumbres, convulsionados por el mañana; nos
dejamos llevar por la inercia del camino, que nos conduce a espacios sin nombre;
donde la costumbre bautiza nuestros cuerpos; secuestrados por las obligaciones;
que nos impiden mirar paisajes, que son
parte de nuestro sentimiento; que se desliza, sin miedo, por las sendas del
destino; que espera el abrazo de la música, cuyas notas bailan en nuestro
horizonte, que sueña con ser libre.
martes, 10 de septiembre de 2024
Luz del exilio
Cuando
cae la tarde sobre el vacío, todo se desvanece, hasta la luz, que se adentra en
nuestra mirada, como si fuera la luz del
exilio; que nos invita a dialogar con el ayer; que nos somete al sufrimiento
del hoy; que nos susurra un mañana sin
destino; donde vagaremos como almas sin forma, alrededor de la utopía; imaginando, que
alguien, nos recordará y no moriremos; para hablar con la voz tomada, por el
paso del tiempo sobre nuestros sueños: que desbrozaran la esperanza perdida,
que agoniza en nuestro esqueleto.
domingo, 8 de septiembre de 2024
Texturas del olvido
La esencia del ayer, se desdibuja ante nuestras miradas; que caminan junto a los seres que nos
precedieron y a los que debemos nuestros rostros, que sueñan a su olvido; donde se disfrazan con los colores
del otoño, del invierno, de la
primavera, del verano; que nos cubren de nostalgia, de su nostalgia, que es ayer,
donde nacimos; pero hemos de sobrevivir
al hoy, donde moriremos desnudos y
alguien se vestirá con nuestro recuerdo en el mañana.
A mis cinco
sobrinos con amor, espero que os vistáis con mi recuerdo.
Supervivencia
El
pan, en los años de la postguerra era el alimento que allanaba el hambre; que se desangraba lentamente cada amanecer; donde las familias, salían en busca del
sustento al campo; para sufragar sus necesidades de supervivencia, que soñaba en
sus largas jornadas, tergiversadas por el cansancio, con sentarse delante de
una mesa, con rancios cubiertos; con austeras sillas; con envejecidos manteles; donde encontrar un destello de esperanza, en la unión de las migas del pan con
los escuetos garbanzos; que juntos sumarían un mañana sin pobreza.
Destellos de esperanza
Es
complicado creer en la vida, en una sociedad, que nos obliga a consumir violencia
como si fueran balas, que asesinan
nuestra supervivencia; que esgrime anhelos, para no morir de pena ante la
derrota, de no acertar a encajar las sonrisas en un mundo, que ha olvidado la felicidad;
pero, de vez en cuando, un rayo de sol, nos invita a abrazar un pequeña, una
diminuta, una agónica esperanza, que atrapar entre nuestros sueños.
© Todos los derechos reservados) Ana Tapias