lunes, 30 de septiembre de 2024

Muertos anónimos

 De vez en cuando, visito el cementerio, para saludar a mis familiares, que yacen escondidos; que sueñan camuflados; que juegan con el silencio, al lado de seres anónimos, que los acompañan mudos de sentimientos; uno de ellos, es Don Serapio de Pedro y Musitu; quien falleció a los 22 años de edad, el 19 de enero de 1886, con el cargo de teniente de la Academia de Artillería. Me llamó la atención su nicho, desdibujado por el paso del tiempo; ajusticiado por la soledad; vencido por la corta de edad de su muerte; que sucedió hace casi 138 años; dejando el dolor como huella de su recuerdo; que hoy retomo, para abrazar a ese joven,  quien apenas, sonrió a la luz de luna a mujer,  con la que bailaría hasta la madrugada; donde una mano desnuda, le invitó a ser parte del ayer, donde descansa en el horizonte de los héroes sin destino.

 

A la memoria de Don Serapio de Pedro.
© Todos los derechos reservados) Ana Tapias

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