Los inmigrantes son como las hojas caídas. Hojas que a veces pisamos, otras ignoramos. Los inmigrantes nos sacuden la conciencia cuando llegan a nuestras fronteras. Llegan buscando una vida sin sobresaltos. Una vida con un compromiso de calidad. Pero los ignoramos. Ignoramos sus derechos. Derechos de ser felices en un mundo donde no sean invisibles. Los inmigrantes que llegaron en avalancha a nuestra frontera son parte de nuestra mirada. Hemos de mirarles a sus ojos. Ojos agrietados en la lucha y decirles: " Bienvenidos a vuestro país".
Ana Maria Tapias Garcia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario