lunes, 9 de septiembre de 2013

Pesadillas

Me he despertado en estado de shock tras mi pesadilla y abro el periódico y encuentro la pesadilla de la realidad.  Una niña Yemenì  de ocho años ha muerto tras tener relaciones sexuales con un hombre de 40. Una niña muerta a manos de un pederasta. Hay que terminar con la pederastia. La pederastia no puede ser considerada una tradición pues es un delito. Un delito que ha de ser penado con cárcel. Las niñas no deben ser vendidas como sí fueran ganado. Las niñas han de ser respetadas. 
Ellas sí viven en una pesadilla, pesadilla que tenemos la obligación de denunciar e intentar evitar.
No a la pederastia.
No a la venta de niñas.
Ana Maria Tapias Garcia.

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