El silencio siempre habla boca abajo, a
oscuras, iluminado por la débil luz de una farola, que se afana por ser
imprescindible en el horizonte de sueños, donde nunca termina de ser estratégico;
puesto que, el ruido intimida, acosa, invade hasta las sombras; que ultiman sus
gestos para parecer seres integrados en las perspectivas, generadas, por
vocales, por consonantes, por alfabetos, por discursos. No se permite estar
callado, estar ausente, estar en la dimensión donde las voces son mudas.
Ana Tapias( todos los derechos reservados(©
No hay comentarios:
Publicar un comentario