lunes, 28 de junio de 2021

Mi abuelo Saturnino

Ayer, volví a la casa de mis abuelos paternos. Se encuentra en un pueblo castellano circundado por la sierra del Guadarrama; una belleza que nunca había valorado lo suficiente, pero a la que necesito acudir de vez en cuando, en busca de calma para mi espiritu distorsionado por las prisas, por la contaminación, por las pesadillas de la ciudad, que me invaden hasta convertir mi alma en  un algo negro que se ahoga, que no respira, que se diluye entre la monotonía, de la que salgo al viajr al pueblo. Mi abuelo, nos dejó con el corazón roto, hace casi treinta años, pero siempre lo encuentro sentado ante la chimenea, mientras mi abuela se afana en cocinar para sus hijos  y nietos. Quienes nos agolpábamos cerca de él, para escuchar sus historias de la trashumancia. Mi abuelo, fue pastor de los de antaño; de esos, que viajaban con las ovejas sin temor a los rigores del invierno. Nuestra fantasía volaba junto a sus palabras, que subían como el fuego que ardía en la chimenea, hacia un lugar llamado recuerdo, que hoy busco, cada vez, que se abre en silencio, la casa donde mi abuelo Saturnino era un héroe sin capa.
 
Con todo mi amor a mi abuelo Saturnino Tapias
Ana Tapias( todos los derechos reservados)©

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