Solos ante el paso del tiempo, intentamos hablar, pero solo acertamos a susurrar “piedad”; no queremos morir; no queremos ser ataúd; no queremos ser recuerdo, si es que alguien nos recuerda; queremos ser eternos, pero el reloj es implacable, nos invita a llorar nuestra despedida cada día, nos postra en el olvido, nos secuestra a la invisibilidad, donde somos y seremos sombras sin nombre
A mis cinco sobrinos: Santiago, Alonso, Guillermo, Mariana e Inesita, con todo mi amor, espero ser inmortal en su recuerdo.
Ana Tapias(todos los derechos reservados)©
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