La
nieve es indicio del olvido, que llevamos escondidos debajo los guantes, sobre
los que a veces saltamos para volar hacia el recuerdo; donde un muñeco blanco,
con nariz vegetal, con brazos de madera, con nariz de huerta, nos invita a
viajar a inviernos sin dolor, envueltos dentro de la nostalgia del sentimiento,
que se balancea sobre nuestras pestañas, que vuelven una y otra vez, al abrazo
de la memoria, para resistir a la agonía de nuestros cuerpos ajados, vencidos,
insolventes, inmersos en la perdida del anhelo de soñar.
Ana Tapias( todos los derechos reservados)(©
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