martes, 28 de diciembre de 2021

Pepita

Esta fotografía, es del 12 de marzo de 1928, en Madrid. La niña se llama Pepita. Eso dice en el reverso de la postal. Pepita, cuyos apellidos, desconozco acompaña mis días de soledad; es una amiga, a quien cuento mis aventuras, mis desventuras, mis sonrisas, mis lágrimas. ignoro las suyas, pero sé que diez años más tarde, tendría once o doce años, y sobreviviría al asedio de Madrid, a la Guerra Civil; injusta, cruel, innecesaria, que la condenaría a vivir dentro de una dictadura, a la cual imagino que se adaptaría, si es que no se exilió a otro país, donde permanecería escondida de las ideas contrarias  a un régimen impuesto, nunca querido por la población, detestado, pero asimilado pues eran incapaces, de rebelarse, contra la rutina del vencedor, que relegaría a Pepita, como brillante ama de casa, entregada a sus labores, mientras su marido el héroe de la familia, entregaría, el sueldo, para alimentar las bocas diezmadas de sueños de sus retoños; quienes veranearían en la sierra, para si escapar del tedio del blanco y negro, de un país derrotado de norte a sur, de este a oeste,  y Pepita, como consuelo abrazaría su niñez, donde fue al menos libre

Ana Tapias( todos los derechos reservados)©


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