Las
viejas fotografías, sobreviven perdidas entre las herencias familiares; llegan
hasta mí, para hablarme de su sueño de
eternidad, de su deseo de amar, de su beso al destino; que dialoga con
ausencias, que se trasforman en sombras, que me acosan para que anuncie que
sostuvieron existencias, que marcaron sonrisas de vidas que abrazaron con sus
cuerpos, demacrados, debilitados, desdibujados por mi memoria, que intenta ser
fiel a sus letras, que me susurran, que me acarician, que me invaden, con el
aliento de otros tiempos; donde la eternidad se asomaba ,a la ventana, como si
fuera un espantapájaros del miedo, que
llegaría a sus abecedarios hasta quedar atrapados en el olvido.
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