Las calles de mi ciudad, Segovia, están destrozadas por el paso del tiempo; machacadas por la erosión de las estaciones; estropeadas por el devenir de coches, autobuses, tractores, triciclos, bicicletas, motos; que las conducen hacia la nada, hacia el olvido, hacia la desmemoria, de los ciudadanos, que hacen equilibrios para no caerse, dentro de la ineficacia ,de aquellos, a quien votamos, y a quienes entregamos nuestro dinero, para que creen una ciudad espejo de nuestros sueños. Pero ellas, pero ellas, sueltan palabras envueltas en la cultura, su cultura, que no la nuestra. La cultura empieza por el bienestar de los ciudadanos, quienes debe salir a las calles, sin destino, con tiritas para tapar la sangre de sus cuerpos, que caen una y otra vez, y son pisados por ellos, por ellas, que balancean sus cuerpos arrogantes, en los festejos, como sno pasara nada; pero si pasa, puesto que Segovia, llora y nadie recoge sus lágrimas, que inundan cada rincón, desbordándose en un Acueducto plagado de vegetación, que florece cada primavera, sin que nadie limpie la memoria de una ciudad que agoniza entre susurros.
Ana Tapias( todos los derechos reservados)©
No hay comentarios:
Publicar un comentario