miércoles, 20 de julio de 2022

Disfrazar la nostalgia


 

Nunca volveremos a ser niños, pero no resistimos a abandonar los recuerdos de que lo fuimos. Guardo, el vestido de lana, que tejió, mi abuela Encarna, para una muñeca; que llegó envuelto, en una caja, a nuestra nueva casa, pues vivíamos, en ese momento, lejos de los abuelos; a quienes veíamos a través de la fantasía, a las tres de la tarde, la hora del parte; decía mi madre, y las noticias nos abrazaban a ellos. Nosotros, por el azar del trabajo de mi padre, residíamos en una ciudad de mar;  donde cada mañana,  observaba los barcos, la inmensidad, el azul del horizonte; que no tenía en mi ciudad de origen a la que volví pronto,  donde solo podía ir al rio, con las chanclas de los años ochenta, que aún conservo dentro de mi armario, que saco, de vez en cuando, para ponérmelas y así disfrazar mi edad adulta de la nostalgia de lo que fui una vez: niña.

Ana Tapias( todos los derechos reservados)©

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario