viernes, 15 de julio de 2022

Juegos de la memoria


 En mis paseos por las calles de mi ciudad, a veces, la nostalgia me abraza y entonces sé que he corresponderla e ir junto a ella. Viajo al pasado, subo tres escalones para situarme en un patio, donde nunca he jugado, pero si lo hizo mi abuela materna. Mi abuela era rubia, pelo rizado y ojos verdes; me acerco hasta ella, la agarro la mano, la doy un beso, la hablo, pero no me contesta; está pendiente de una ventana; junto a mi abuela, se encuentra un niño, más pequeño que ella; es rubio, con ojos azules; le agarra de la mano. Una voz dulce, se abre paso en el patio, es la de Flora, su madre; apenas la distingo. Les llama para que vayan a comer. Mi bisabuela, me mira desconcertada; ella si me ha visto, pero no dice nada, no quiere que los niños se asusten, ante la extraña, que llora desconsolada por la fugacidad de la vida; por lo efímero del sentimiento; por la caducidad del recuerdo. Mi abuela, se desvanece junto a su hermano, y yo sé que volveré a ese patio, donde mi corazón se siente vivo.

Con todo mi amor para mi bisabuela: Flora Sanz Cristobal; mi amada abuelita: Encarna Heredero Sanz y a mi tio abuelo: Amador Heredero Sanz

Ana Tapias( todos los derechos reservados)

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