Los
sueños se desnudan ante el horizonte, donde quedan colgados en las ramas del
destino; que los acaricia, que los susurra, que los abraza, en silencio;
pegados al cordón umbilical de los besos; que se aproximan a los parpados, que
lloran desconsolados, que gritan alocados, que imploran anclados a la esperanza,
al anhelo, al fugaz deseo de ser parte del hoy.
Ana Tapias( todos los derechos reservados)©
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