En mi infancia, la televisión era en
blanco y negro; el hombre del tiempo, con su traje gris, encajaba dentro de las
borrascas, que llegaban cada otoño, a nuestros hogares, reciclándose de la dictadura,
para instruirnos en la democracia, que llegaba cada viernes, con el programa 1,
2, 3; donde una calabaza, llamada “Ruperta”, cantaba una canción sencilla,
pegadiza, amena, que daba entrada a un concurso, donde había preguntas , con
tres parejas que debían responder a preguntas sencillas, que contaban en
pesetas; quién ganará, repetía al programa siguiente; las dos parejas
restantes, se enfrentaban en un juego, donde uno de ellos, sería el mejor, que pasaría
a la subasta final; donde los cómicos, con un enfoque o con otro temático,
llevaban regalos hasta la mesa; donde los concursantes, debían ir eligiendo,
hasta llegar al final, donde se podían llevar un apartamento si elegían bien o
una calabaza, que era el peor regalo. Este argumento, era dirigido por Chico Ibáñez
Serrador, y presentado en una de sus etapas por Mayra Gómez Kemp; quien
falleció el 13 de octubre; dejándonos huérfanos de nuestra infancia, donde
Mayra, fue una equilibrista de nuestros sueños: que caían en la rutina de los
largos días de colegio; que cantaban en su voz, cada viernes, para dar paso a
la vigilia del entusiasmo; que se prolongará en mi recuerdo, con la voz de
Mayra, quien siempre hablará de mi infancia.
© Todos los derechos reservados) Ana Tapias
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