Dos fotografías, una en color, otra en blanco y negro; donde aparece un hombre que va desapareciendo; siendo su cuerpo parte del ayer, donde el destino, ocupará un lugar en el calendario, vencido por el paso del tiempo; desdibujando sus sueños, hasta convertirlos en meras sombras de alegrías, de lágrimas, de suspiros, de susurros; que contienen abecedarios, sin lectura, en el mañana; donde su cuerpo será un esqueleto de la memoria, enamorado de otro esqueleto de la memoria, que le abrazará sin miedo, contagiado por halo de eternidad.
© Todos los derechos reservados) Ana Tapias
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