martes, 10 de diciembre de 2019

Perder la ternura



Cada amanecer, cuando, dejamos, la cucharilla de mover el azúcar, en el fregadero, abandonamos,  la ternura de nuestros sueños, para entregarnos a la voracidad de nuestra rutina, que no nos abraza, que no nos besa, que no nos acaricia, que nos invita a sobrevivir en una sociedad de perdedores; donde la sonrisa es un triunfo; donde la verdad es tiroteada: donde la maldad es garantía de éxito;  ,donde la duda es vapuleada; donde somos parte de una sociedad, que mira para otro lado, ante nuestro dolor. Cada amanecer, es una lucha por ser y parecer de hierro ante la adversidad.

Ana Tapias( todos los derechos reservados)©

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