En esta vida, nos impiden llorar, para ello, nos
regalan antidepresivos que nos consuelan de nuestras rutinas, de la rutinas
impuestas por otros, de las rutinas del silencio, de las rutinas de la soledad,
de las rutinas de las tristezas, de las
rutinas de las perdidas, de las rutinas de las palabras, pero, al lado de tanta
sumisión, nos podemos revelar y actuar como si fuéramos limones, de vez en cuando , y dudar entre la amargura
del ser y del no ser.
Ana Tapias( todos los derechos reservados)©
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