La mirada perpetua el momento fugaz, y queda
colgada de la memoria, donde permanece, en libertad, hasta que es encarcelada por
el paso del tiempo, que crea niebla en nuestro recuerdo; que busca olvidos
dentro de nuestras sombras, que elige silencios dentro de nuestros besos. La
mirada es soledad efímera de nuestra
alma.
Ana Tapias( todos los derechos reservados)©
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