Caminaba junto a mi sobrino, mayor; quien se ha
convertido en mi mejor amigo. No debe ser fácil caminar a mi lado; puesto que
me paro, cada segundo, para hacer fotografías, ya que, todo me parece bello
para recordar, pero esta vez, fue él quien se fijó en una paloma sobre uno de
los pináculos de la catedral de mi ciudad; y pensó en qué pasaría si las
palomas tuvieran vértigo; animándome a escribir sobre ello. Imagino que la
paloma soy yo, que me da pánico mirar al suelo desde lo alto. Vuelo hasta adonde me llevan mis alas, mis
ansias, mis anhelos; a veces, me vence el cansancio; busco un refugio, donde
dejar mis lágrimas. Solo me siento segura, en lo alto de los edificios; las
catedrales, me dan paz, me producen sosiego, me inspiran oraciones. No logro
estar tranquila, a pesar de sentirme segura, de las agresiones de humanos, de
perros, de gatos; sé que debajo de mis patas, se extiende un mundo que no soy
capaz de entender. Si dirigió mis diminutos ojos hacía el fondo de la realidad,
me mareo, me tambaleo, dispuesta a caer y quedar explayada en medio de una calle,
bautizada, en honor a un hombre ilustre, a quien nadie reconocería bajo la
lluvia. Mi cadáver ,será acariciado por los pelos de una escoba, de un trabajador
anónimo con problemas para pagar las facturas, que me escudriñará con asco, y
tal vez, algo de pena por mi destino: morir en soledad. A pesar de ello, soy
una paloma aferrada a sus sueños, y, volaré pese al vértigo del adiós.
viernes, 30 de julio de 2021
Y si las palomas tuvieran vértigo
( fotografia de S.G.T)
Con amor, a mi sobrino S.G.T
Ana Tapias( todos los derechos reservados)©
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