El tiempo se refleja sin miedo en el espejo del olvido, que no
cuenta abecedarios en el calendario; donde se esconden las miradas de los
muertos; que desconocen el momento que sus ojos se despojaran de lágrimas, para
entregarse al silencio, para desinhibirse del hoy, para soñar con el destino,
hasta donde llegaran de la mano de minutos asesinos, que acuchillaran, hasta la
más mínima esperanza de supervivencia, que agonizara rodeada de suspiros,
balanceada por los deseos, escondida por la niebla, que desaparecerá en un
atardecer somnoliento para la memoria.
Ana Tapias( todos los derechos reservados)©
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