Suelo escuchar a amigos, a conocidos, a
desconocidos, cómo se salvan del hundimiento; ajusto mis decibelios a sus vidas;
que saltan sobre el calendario, en medio de la incertidumbre; acariciados por
las dudas; sujetos a los interrogantes, de sus trabajos, de sus enfermedades,
de sus tristezas, de sus nostalgias, de sus pesadillas, de sus sueños, de sus
tragedias, que nunca lo son tanto, para preocuparme. Nadie me pregunta por mis
desvelos inquietantes; por mis lágrimas furtivas; por mis sueños desgastados;
así que, me olvido entre otros laberintos, para terminar, hallando la salida a
mis tristezas, qua yacen envueltas en la lucha, en mi lucha.
miércoles, 16 de agosto de 2023
Hundirse
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