martes, 30 de enero de 2024

Palabras de los periódicos

 "Intraeuropeos; China; conversaciones fructíferas; pérdida del territorio; carta de la ONU; derecho internacional; paz liberal; politizado; son palabras con las que me topo al sumergirme en la lectura de noticias; leo entrevistas, artículos, crónicas; que me invitan a visitar a realidades emergentes, ajeas a mis sueños, que se cuelan en la deriva de mi rutina, secuestrándola, y exponiéndola a un viaje a la luna de la interpretación; donde mi pensamiento, sufre la gravedad de la crueldad, que cae hacia el espacio de la indiferencia con el paso de los días, hasta que me disfrace de astronauta  para volver al espacio.

Ana Tapias( todos los derechos reservados)©

lunes, 29 de enero de 2024

El invierno


 El olvido se apodera de las calles, que se hielan en medio del destino; que insiste en ser importante, bajo la mirada ausente de los seres ateridos de frio; que caminan sujetos a sus nostalgias,  que abrazan cada amanecer desde sus mantas indecisas de sueños,  que deciden no salir sin su bufanda del recuerdo, donde la nieve era la infancia;  donde la nieve era un día sin colegio; donde la nieve eran las manos de los abuelos,  que nos hablaban de sus días sin abrigo, cobijados por el calor del mañana.
Ana Tapias( todos los derechos reservados)©

Dobles vidas, dobles sueños,


 Las fotografías representan a mis dos tíos abuelos maternos; mi tía María, lleva un niño o una niña en brazos; mi tío Amador, descansa sentado sobre una piedra; María, era hermana de mi abuelo; Amador, era hermano de mi abuela; imagino, que se conocieron en la boda de mis abuelos; se llevaban muchos años de diferencia, creo que unos dieciséis o dieciocho; mi tía María, era la mayor de ocho hermanos, tuvo que ayudar a su madre a cuidar de sus hermanos; mi tío Amador, era el pequeño, fue cuidado y mimado, por sus hermanas; se quedó sin padre con uno o dos años de vida; mis tíos, llevaron dobles vidas, con dobles sueños, ajustados a sus circunstancias, que los abandonaron a su suerte; a mi tía María, a los ochenta y muchos años, nunca se casó; a mi tío Amador, a los cuarenta, recién casado; conocí a mi tía María, cuando venía a visitar a mi abuelo; los últimos días de su vida, los pasó en casa de mi abuelo; su rostro atormentado por la muerte, gira en mi infancia, que no entendía el adiós; a mi tío, Amador, le he  aprendido a querer por las fotografías, que han llegado hasta mi calendario;  donde un hombre joven me invita a adentrarme en sus sentimientos, que fueron pausados, por una muerte prematura; mis dos tíos, forman parte de mi ayer donde sus cuerpos vagan hacia mi corazón, para posarse sobre él y latir en mi hoy.

Ana Tapias( todos los derechos reservados)©

lunes, 15 de enero de 2024

El sentido de los paraguas


 En los días de lluvia, los paraguas se balacean sobre los cuerpos de personas que van y vienen, en busca del sentido a su vida; que se parapeta en el calendario de los sueños; que se inventan hazañas invencibles; que se cuelgan de sentimientos indestructibles; que acampan sobre las gotas de silencios, que se disparan como si fueran proyectiles, sobre las miradas de quienes portan emociones que son sombras del mañana.

Ana Tapias( todos los derechos reservados)©

sábado, 13 de enero de 2024

Ignacio G Bargueño

Ignacio G Bargueño, fue el padre de mi abuelo materno; hasta mí, ha llegado su reloj y su tarjeta de visita, que apuntan a mi corazón; donde su mirada perdida en el tiempo resucita en mi rutina; donde abrazo a un hombre,  que fue padre de ochos hijos; que luchó por sacarlos adelante en tiempos de una España,  donde el hambre mandaba en las casas austeras, en las que faltaba de todo, menos amor para juntar las manos y trabajar para sobrevivir al destino; que nunca era bueno para las clases obreras;  que anhelaban vidas mejores,  en camas con mantas de tranquilidad, en sillas con respaldos de sonrisas, en cocinas con pucheros sin cansancio del sol a sol.  Mi bisabuelo, forma parte de mi memoria, que busca en su fuerza, en su tenacidad, en su valentía, una excusa para ser espejo de él y no rendirme nunca ante la adversidad.

 

Con amor a mi bisabuelo Ignacio, te quiero
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jueves, 11 de enero de 2024

Circusntacias


 La vida nos abandona en circunstancias, ante las que hemos de sobrevivir para no naufragar dentro de la tristeza; que son nuestras lágrimas que corren por nuestro cuerpo, instalándose en nuestros latidos, que sueñan con ser galardonados con un abrazo del destino, siempre esquivo, siempre intermitente, siempre acompañado de sufrimiento, que tuerce nuestra mirada, para dejarla en el recuerdo, donde siempre hay un banco para sentarse.

Ana Tapias( todos los derechos reservados)©

martes, 9 de enero de 2024

El abandono


 

El invierno


 

El invierno es el anhelo de ver nevar; que me recuerda a mi infancia; donde mi abuelo materno,  me guiaba por la nieve; que tantos años,  había soportado sin calefacción y con unos débiles calcetines, que seguro  que mi abuela remendaba con esmero para el año siguiente;  donde los copos nieve caerían implacables sobre sus circunstancias, que fueron encogiéndose al cumplir años, para dejarme en mi madurez, su memoria de nieve, que cada año recupero cuando llega el invierno.

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sábado, 6 de enero de 2024

Manuel H

 

Manuel Heredero, era el padre de mi abuela, Encarna; murió cuando apenas tenía cuarenta años, no saben muy bien de qué; en los años veinte del siglo pasado, no creo que practicaran autopsia a los hombres sin fortuna, cuya transcendencia se limitaba a su familia; fue enterrado en una fosa común del cementerio de Segovia (sus huesos se han perdido). Mi bisabuela, Flora (la mujer de la fotografía) se quedó sola, con tres hijos pequeños: dos niñas y un niño; que tuvieron que ponerse a trabajar cuando sus cuerpos se lo permitieron. Manuel, dejó un monedero que con el paso de los años, lo heredó, mi abuela( su zapato es el de la fotografía) que me contaba mi madre, que era donde guardaba las pocas monedas, que les quedaban para sobrevivir en la época de la postguerra; donde la pobreza,  corría silenciosa por las familias, que atesoraban lágrimas, que destilaban hambre, que sucumbían ante la realidad, imposible de cambiar, donde eran,  seres insignificantes que no se atrevían a soñar.

A la memoria de mi bisabuelo, Manuel Heredero Mesón, te quiero
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miércoles, 3 de enero de 2024

Esos desconocidos


 

La hermana mayor, de mi abuelo materno, la tía María, atesoraba fotografías, que han llegado hasta mí; mi madre, quiere romperlas y tirarlas, pero no puedo sería como descoser su memoria, que pende del hilo de mi fantasía, que abraza sus cuerpos; que se han desvanecido en el tiempo, que los ha cubierto de olvido; y mi mirada acaricia sus sonrisas; indaga en su felicidad; recicla su ego de eternidad, que quedó enterrado, un día cualquiera que nunca adivinaré, pero siempre, esos desconocidos formaran parte de mi soledad; abrigaran mis silencios; escucharan mis palabras de ternura, hacia sus rostros inmaculados en mi destino.

 

Ana Tapias( todos los derechos reservados)©


martes, 2 de enero de 2024

Han vuelto las cigüeñas


En julio se fueron las cigüeñas, echaba de menos su abrazo en mi soledad; deseaba su vuelta a mis pasos, que se habían quedado huérfanos de sus sonrisas, que eran las mías, cuando mi mirada buscaba sus vuelos, sus giros, sus aproximaciones a mi paisaje, que lloraba en mi destino; que luchaba por ser libre; que anhelaba mis sueños; que cantaba en silencio, que anidaba en sus nidos, que se disfrazaban de vida; que susurraba en sus voces; que hablaban por mí, que había enmudecido ante el dolor, que las cigüeñas, dejaban atrás en sus idas y venidas, que buscaban la felicidad, que aterrizaba en mi latido, que escribía en abecedarios de esperanza.

 Ana Tapias( todos los derechos reservados)©



lunes, 1 de enero de 2024

Soledad


 Soledad, es una mujer sola, aislada, abandonada por sus hijos en una residencia de mayores, que espera cuando cae la noche,  enfrente de la puerta a que le vayan a visitar; pero nadie acude; y ella, no se va del lugar, no ha perdido la esperanza, en ser escuchada, en ser amada, en ser acompañada; por aquellos, a los que dijo palabras de amor con su cuerpo; pero aquellos, no necesitan sus manos, sus brazos, sus piernas, para que los cobije; pero aquellos, no sienten el latido de su madre cada noche, cuando les contaba un cuento bajo el miedo del olvido;  que ahora sufre ella en silencio, sin quejarse, sin lágrimas,  asumiendo su destino de estrella apagada por el paso del tiempo.

Ana Tapias( todos los derechos reservados)©