En julio se fueron las cigüeñas, echaba de menos su abrazo en mi
soledad; deseaba su vuelta a mis pasos, que se habían quedado huérfanos de sus
sonrisas, que eran las mías, cuando mi mirada buscaba sus vuelos, sus giros,
sus aproximaciones a mi paisaje, que lloraba en mi destino; que luchaba por
ser libre; que anhelaba mis sueños; que cantaba en silencio, que anidaba en sus
nidos, que se disfrazaban de vida; que susurraba en sus voces; que hablaban por
mí, que había enmudecido ante el dolor, que las cigüeñas, dejaban atrás en sus idas
y venidas, que buscaban la felicidad, que aterrizaba en mi latido, que escribía
en abecedarios de esperanza.
martes, 2 de enero de 2024
Han vuelto las cigüeñas
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