Anochece en olvido, el olvido del dia. Caminé en soledad hora y media. Hora y media entregada al paisaje. Un paisaje de edificios y personas. Cerca de la plaza de toros, de mi ciudad, encuentro a tres personas. Dos de ellas ayudan a caminar a una tercera: es una mujer. Mí mente la saluda y la anima a caminar. Mi corazón se detiene en su rostro, está muy lejos para que entienda que sonrió con su esfuerzo. El esfuerzo que tan poco valoramos en los demás. Conozco seres indiferentes a todo.
Y todo es maravilloso, hasta una noche de invierno como está.
Ana.
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