Las figuras esperan a ser contratadas. Es un contrato precario que les salvará de algunos aprietos que les supone pagar facturas, que les acarrea zurcir la ropa, teñir los zapatos, no fingir al sonreír, consumir y tener la sensación de ser útiles. La mayoría de las veces se saben inútiles, recibiendo miradas de desprecio, de los que caminan con un pan bajo la tarjeta de crédito.
El gobierno dirá que todo va bien. Las figuras silenciosas serán arrojadas a la incertidumbre, hasta que un nuevo contrato basura les haga brillar, en un mundo de figuras sin luz.
El gobierno dirá que todo va bien. Las figuras silenciosas serán arrojadas a la incertidumbre, hasta que un nuevo contrato basura les haga brillar, en un mundo de figuras sin luz.
Ana Maria Tapias Garcia.
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