A veces siento que estoy dentro de una pesadilla, en la que me cuesta desenvolverme, y actuar. Ayer salí con mi madre, visitamos varias tiendas de ropa para terminar en una regentada por chinos, a comprar papel para envolver un regalo. Le dí a la cajera 1 euro, costaba 60 céntimos. Le pedí el ticket, y como no me daba la vuelta, 40 céntimos, hube de pedírselos. Soy tímida para afrontar situaciones embarazosas.
Ahi empezó la pesadilla. La cajera miraba la grabación. Estaba tranquila, pues yo tenía la razón, pero la grabación mostraba que mis manos habían recogido algo, que era el ticket.
La obscuridad, la tristeza, la incredulidad se apoderaron de mi pensamiento. Me hurtaron 40 céntimos de lucha. Estamos tan acostumbrados a que nos quiten nuestras libertades, a que nos minimicen nuestros derechos, que huimos despavoridos en blanco y negro, con el rostro desencajado y agujetas en la esperanza.
Nos roban la dignidad, mientras nos graban con cámaras de seguridad.
Nos roban la dignidad, mientras nos graban con cámaras de seguridad.
Ana Maria Tapias Garcia.
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