Desde la necesidad de sentir mi horizonte, escribo. Desde la nauseabunda nausea de ser feliz, escribo. Desde la impotencia de poner voz a los que no saben hablar, escribo. Paso las Navidades con mis sobrinos, miran atontados horas y horas dibujos animados, y, me gustaría creer en ellos, y no ser atea de casi todo. Desde la necesidad de volver a la niñez, escribo. Desde la necesidad de oír el silencio, ese que me penetra cuando camino en soledad, escribo.
Ana Maria Tapias Garcia
No hay comentarios:
Publicar un comentario