jueves, 29 de enero de 2015

Amparo Baró


Amparo Baró se  ha esfumado hacia la eternidad. Admiraba su carácter, su rasgos ligeros, su forma de ser. Las palabras corrían por su voz,  para llegar al fondo de la última butaca del escenario, esa butaca a la que acudimos presas del dolor, cuando la realidad nos falla hasta lograr la extremaunción
del pensamiento. Las despedidas nos obligan a guardar el recuerdo en un cajón, al que acudir con lágrimas ásperas, en los amaneceres huérfanos.
Amparo soñará que su imagen se refleja tras una butaca.

Para una gran mujer

Ana Maria Tapias Garcia.

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