Eloy era bombero, trabajaba en Oviedo. Ayer libraba, pero un incendio declarado en la calle, Uria, lo hizo incorporarse. El tejado se derrumbó, atrapándolo. Tenía 56 años, estaba casado, era padre de dos hijos. Unas malditas llamas lo han enterrado, ya no podrá fotografiar su vida. Solo queda el recuerdo de un hombre que luchó por rescatar sueños.
Con cariño a su memoria.
Ana Tapias
Con cariño a su memoria.
Ana Tapias
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