En un lugar de la Mancha, frio, austero, sencillo, nació Alonso Quijano. Palabras de honor arrebataron su pensamiento; su corazón se sintió caballero. Salió con las luces del alba, dispuesto a combatir a los encantadores que pululaban por los libros de caballeria; a facer aventuras; a desfacer entuertos; a venerar a Dulcinea; a quebrantar la imaginación de su escudero Sancho Panza; a luchar por la justicia en un mundo sin ella. Don Quijote, cabalga junto a los héroes en blanco y negro, esos que el paso del tiempo admira.
Ana Tapias
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