Estamos enfermos de sueños rotos, de utopías vencidas, de alegrías
derrotadas, de melancolías desdibujadas, de anhelos rotos, de palabras
estrelladas, de besos sin versos, de suspiros sin ecos, de madrugadas sin despertador,
de noches con insomnios, de despedidas sin abrazos. La monotonía nos fragmenta,
como si fuéramos cuadros cubistas, en seres que se ahogan en sus sueños; en
sombras que lloran al destino; en olvidos en marcos de rutinas; en partituras
ajustadas a miradas ajenas; en cuerpos limitados dentro de burbujas de
supervivencia. Todos llevamos una catedral, un árbol en la memoria, que nos
curan de una realidad que nos confina en el dolor.
Ana Tapias( todos los derechos reservados) ©
No hay comentarios:
Publicar un comentario