Nuestra vida, termina en una tumba excavada en la tierra, a la
espera de que nuestros huesos, agotados, se dejen caer dentro del mutismo, del
silencio, del olvido; que nunca se ceñirá a nuestra sombra, tan muerta como
nosotros. La sombra no es inmortal, ni el recuerdo. Nada permanece, en un mundo
que gira sobre si mismo; que descuida la emoción; que daña el sentimiento; que
ataca la belleza; que siembra incertidumbre; que corre para ser el primero.
Nuestra vida, termina en un hoyo, pero para llegar hasta ese lugar, hemos de
intentar sobrevivir a la derrota que nos acecha, que nos rodea, que nos deja al
limite de la esperanza, pero hemos de creer al menos que podemos soñar para
sobrevivir.
Ana Tapias( todos los derechos reservados(©
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